Continuamos con otro tipo de núcleo. Hoy vamos a hablar del látex.
El látex es una sustancia natural que se extrae de diversas especies de plantas y hongos. Es acuosa, y está compuesta de grasas, ceras y diversas resinas gomosas. Es frecuentemente blanco, aunque también puede presentar tonos anaranjados, rojizos o amarillentos dependiendo de la especie, y de apariencia lechosa.
En el asunto que nos ocupa, que son los colchones y el descanso, podemos decir que se obtiene de un árbol originario de la región amazónica, el Hevea brasiliensis. El látex es segregado por el árbol al practicarle un corte (esta sustancia ayuda a cerrar la herida del árbol).
Una vez obtenida la sustancia, se somete a procesos de tamización, se disuelve en agua y se trata con ácido para favorecer la concentración o aglutinamiento de las partículas en suspensión del caucho en el látex. Más tarde se prensa mediane rodillos, de manera que se forman finas capas de caucho natural, que se secan con aire o humo.
Estas capas son las que se emplean en la fabricación de los colchones.
Vale, esto está muy bien, pero... ¿Qué tiene de bueno el látex?
En primer lugar, su elasticidad y firmeza. Este material es tan elástico que hace que se adapte muy bien a la forma del cuerpo, y junto con la firmeza, liberando los puntos de presión del cuerpo y favoreciendo el descanso.
Por otro lado, tiene una muy buena durabilidad, sus propiedades perduran en el tiempo.
En el mercado se pueden encontrar colchones con núcleo de látex, colchones de muelles (Bonnell y embolsados) con acolchado de látex, y también colchones de núcleo de HR con acolchado de látex. Incluso combinaciones de látex y viscoelástica en un mismo colchón.
De acuerdo, pero algún inconveniente tendrá...
Pues como todo en esta vida, el látex no es una excepción. La principal desventaja del látex frente a otros materiales, es su mala transpiración. Esto significa que no favorece la circulación de aire. Es por esto que los núcleos de látex se suelen perforar para permitir el paso de aire por su interior.
Esto no es un problema que nos diga automáticamente: 'Oye, no compres un colchón de látex que no circula nada el aire y son malísimos'. Pues no es, o no debería ser, así. Simplemente debemos tener presente lo siguiente:
Hay personas que dicen que esa falta de transpiración del material les provoca calor y sudoración, y por tanto incomodidad y un mal descanso.
Para un colchón con núcleo de látex, lo más recomendable es colocarlo en un somier multiláminas (múltiples láminas estrechas), para favorecer el paso de aire, también, en el caso de ponerle una funda, que ésta sea de algodón, el cual es muy transpirable, y si acompañamos todo esto con ropa de cama también de algodón, es muy probable que esa sensación de calor y la correspondiente sudoración desaparezcan.
Si todavía se te presenta alguna duda, te invitamos a que te acerques a nuestras tiendas y nos expongas tu caso. Trataremos de ayudarte, como siempre intentamos hacer.
En unos días, más cosas.
Un saludo,
Tino